sábado, 20 de febrero de 2010

LA CAJERA INDISCRETA


Hasta el año pasado en el super vendían unos blister con frutas secas.
Cuando empecé a hacer dieta me compré algunos, ya que las almendras, las nueces, las castañas estaban permitidas.
En la caja, la chica acotó que si llevaba "el mix cervecero" , no llevaba cervezas.
Entonces ofendido le dije que yo no tomaba cerveza con esas cosas, que era para el yogurt bebible y para el desayuno.
Este año volvió a atenderme la misma cajera y me preguntó asombrada:
- ¿Como, hoy no lleva "el mix cervecero"?
- Porque no hay mas, y hace rato que no tienen. Me preguntás como si fuese el único que lo llevaba.
-Que yo sepa nadie mas -contestó-.
Desde entonces los preservativos los compro en la farmacia.

ESTOY MIRANDO


Mi progenitora no es muy afecta a Buenos Aires.
Un día llegó decidida a comprarse ropa, entonces le dije:
- Mami, antes de comprar vamos a "Ver"
- Claro querido, antes de comprar vamos a ver.
- Vieja ¡"Ver" es el nombre de la tienda!.

sábado, 13 de febrero de 2010

CUALQUIER BONDI TE DEJA BIEN


La mujer era sumamente delgada, casi escuálida y dormitaba como una bendita contra la ventanilla del 85.
Una frenada brusca la sobresaltó, agarrró tremendas bolsas, se paró desorientada y preguntó:
- ¿Ya pasamos la estación Floresta?
- Hace un par de paradas, señora - le contestó el chofer-
- Ah, que barbaridad. ¿Y para Sanabria, faltará mucho?
- Si todavía falta.
- Chofer, chofer esta es Juan B. Justo, no es cierto.
- NO es cierto , esta es Gaona.
- Entonces, me bajo acá.

(Contado por Grace Feijoo)

martes, 2 de febrero de 2010

AGARRATE CATALINA


Como ya saben, subo al colectivo y enseguida me siento. En enero y en Buenos Aires eso no es ninguna hazaña. Dos de la tarde, la ciudad era una caldera el 85 rumbo a Quilmes medianamente lleno.
Me ubiqué en la mitad de la unidad, de a poco se fueron completando los asientos. La gente empezó a viajar parada. En Gaona y Segurola subieron como veinte, el colectivo anterior se había roto. El calor sofocante, ni una gota de aire por mas que se abrieran todas las ventanillas. Sentada a mi lado una piba escuchaba por los audífonos del celular una cumbia villera. De pronto escucho este diálogo que venía de los fondos del bondi:
-Señora ¿Podría sacar la mano del caño?
-Si, pero hay lugar para las dos.
-Ya se que hay lugar, pero me tengo que bajar.
-Bueno, pase, pase.
-Si no se suelta no puedo, porque hace como diez minutos que usted viene agarrada, y éste no es el caño del colectivo, ¡es el caño que compré para la cortina de mi baño!